El surgimiento del reino de
Castilla por sobre sus reinos vecinos León y Aragón permite
que el dialecto Castellano se expanda con rapidez hacia el Sur de la Península,
la lengua acompaña al progreso político y militar del nuevo reino.
La facilidad para adaptarse a las circunstancias de la época le permite hegemonizarse
prontamente.
La comunicación
literaria se lleva acabo, en ese tiempo, por medio de dos círculos: el de los
clérigos y el de los cortesanos. Los CLERIGOS se comunicaban en latín y su
principal actividad consistía en conservar la cultura científica de la época y
difundir la doctrina religiosa.
En la vida del, corte, el TROVADOR es el poeta de las altas clases
sociales quien compone las obras más
características: actúa en las fiestas y sus creaciones recogen los gustos e ideas del público selecto
a quien van dirigidas.
El mester de juglaría
Junto a la cultura cortesana coexiste
una literatura de tradición oral transmitida y, en ocasiones, recreada por los
JUGLARES para ser escuchada por el pueblo, por la gente común y corriente.
Con este nombre se conocen personajes populares que ejercían el oficio
de entretener a las personas. La palabra “juglaría” proviene del latín
ministerium que quiere decir “arte y oficio”. Arte en cuanto que estos
personajes eran creadores de sus obras y oficio por que iban de un lugar a otro
en la Europa medieval.
El mester de Clerecía.
Este oficio fue llevado a cabo por los clérigos,
que, sin dejar de lado su labor copística de las Sagradas Escrituras,
comenzaron a partir del siglo XIII a escribir un tipo de poesía con un profundo carácter
moralizante y didáctico. La característica de estas obras era que cada una de
ellas poseía catorce versos con rimas consonánticas
La obra de Alfonso el sabio
Alfonso
X, el Sabio. El rey Alfonso X (1250-1285) puede ser
considerado como el gran impulsor de la prosa
castellana, pues fue el primer rey en utilizarla en escritos
oficiales. Además dirigió varias iniciativas
culturales que dieron como resultado obras de gran calidad
y rigor. Impulso la tolerancia como una norma,
rodeándose de sabios, trovadores y músicos cristianos
y judíos,
llevando con ellos a cabo su gran empresa; organizar
los conocimientos científicos de la época y darlos
a conocer al pueblo castellano en su propia lengua.
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