miércoles, 19 de octubre de 2016

La España Árabe


En el año 711, grupos provenientes de Oriente y del Norte de África (árabes, sirios y bereberes), de religión musulmana, al mando de Tarik, derrotaron al rey visigodo Don Rodrigo en la batalla de Guadalete. Empezó así la dominación árabe de la Península Ibérica que se prolongaría durante ocho siglos, hasta 1492, momento en que el último rey nazarí rindió Granada a los Reyes Católicos.
La conquista fue rápida; en menos de ocho años conquistaron toda Hispania a excepción de una pequeña franja en el Norte de la Península, donde los núcleos de resistencia dieron lugar a los reinos cristianos peninsulares, que fueron recortando progresivamente el espacio musulmán.

España se islamizó, su nombre fue Al-Andalus, adoptó en gran parte las costumbres, la cultura y la lengua del invasor y esa influencia jugó un importante papel en su evolución histórica.

INFLUENCIA LINGÜÍSTICA

Contamos con mas de 4000 arabismos en nuestra lengua española, muchos de ellos son tanto términos algebraicos, químicos y entre otros.

EJEMPLOS:
Morfología
  • En este campo, tampoco el árabe ha dejado demasiada influencia. Aún así podemos destacar:
  • La anteposición del artículo al- a numerosos sustantivos. La fusión de ese artículo con el lexema del sustantivo permite el uso de artículos romances: la almohada, el alhelí, el albarán… En muchos casos, las palabras se han formado con el artículo al- unido a la base latina (almeja < ár. al + lat. mitulu, alpiste (< ár. al + lat. pistu).
  • En el campo derivativo, el árabe nos ha dejado el sufijo -í, para formar gentilicios (ceutí, marroquí, yemení…) u otros sustantivos o adjetivos (jabalí, maravedí, muladí, baladí…). El término «alfonsí» aparece en el siglo XIII para referirse a lo relativo a Alfonso X.
  • En el campo de las preposiciones, de origen árabe es hasta (< ar. hatta) y sus variantes adta, ata, hata, fasta . Lo son también las partículas marras, de balde, en balde.
  • Con respecto a los indefinidos, la voces fulano (< ár. fulan «uno», «cualquiera») y mengano (< ár. man kana «el que sea») son también de procedencia árabe (Lleal, 1990: 190-195; Lapesa, 1981: 133-135)
  • Las interjecciones hala, ojalá, guay y la antigua ya «Oh».

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